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El pequeño C. se convirtió en protagonista involuntario (o quizá no tanto) de la sesión de embarazo de su mamá.
Y es que la llegada de un nuevo miembro siempre es motivo de celebración en una familia, pero ojo! que no se os ocurra desplazarlo de su trono que aquí está él para defenderlo a golpe de naturalidad y simpatía.